Micro.relato matinal
Un esquema bien ordenado, perfectamente lógico, basado en la cintura de una hurí se ha derrumbado repentinamente y te ha dejado a merced de los sonidos.
Te ves a ti mismo desde otro lugar (¡a ver si resulta que tienes el don de la ubicuidad!). Los sonidos no son muchos pero tienen una ventaja: no se les puede agarrar y tienen un jefe muy persistente.
Los sonidos te están venciendo. Intentas una última vez la huída, retomar el tranvía dorado y subacuático, pero se escapa a lomos de los sonidos, raptado para siempre. No sabes aún si eres tu o eres aquel que ves dormido.
Durante un instante no has sabido nada pero ahora ya está claro, apagas el despertador (destructor consentido de esquemas bien ordenados).
R.
Muy bueno el texto y mejor aún el video.
ResponderEliminarSiempre hay un despertador dispuesto a sacarnos del paraíso. ¿Será el paraíso un sueño, o el sueño es la premonición del paraíso?
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